
Cualquiera diría que Marc Márquez merecía unas buenas vacaciones. Pero no las ha tenido. Después de un lustro aquejado por trompazos recurrentes, malos resultados y graves lesiones, el piloto español de Ducati completó uno de los mayores regresos a la cima del deporte este 2025. Su reconquista del título de MotoGP, con un dominio apabullante que le llevó a levantar la corona a finales de septiembre, con cinco grandes premios de margen, tuvo a la semana siguiente un giro de guion inesperado. Una nueva lesión en el maldito brazo derecho, el mismo que tras cuatro operaciones en dos años le había dejado muy cerca de la retirada.
De eso hace casi tres meses, y por el camino a Márquez le ha dado tiempo para hacer de todo menos reposar y desconectar como la gesta merecía. “No hay vacaciones para mí, no. Es así. Para mí es fácil aceptarlo. Para Gemma [su pareja] es un poco más difícil, aunque lo entiende”, reconocía en tono jocoso hace unos días. Entre visitas al quirófano, a los fisios y al gimnasio, además de un sinfín de compromisos de distintos patrocinadores, el campeón de Cervera apenas pudo encajar unos días de escapada junto a ella por Castilla y León a finales de noviembre. Desde entonces, ya con el beneplácito de los doctores, empezó a elevar la carga de trabajo sobre su magullado brazo derecho con un único objetivo: volver al 100% de cara a los primeros entrenamientos de pretemporada de 2026, programados en Malasia a comienzos de febrero.
La Navidad le ha traído a Márquez el visto bueno médico para volver a subirse a una moto. Hace 10 días ya pudo probar la bicicleta de montaña en la sierra madrileña, y este lunes le sacó las telarañas al manillar de su máquina de flat-track, una de sus especialidades favoritas para entrenar, en una sesión junto a su hermano Álex Márquez y el debutante brasileño Diogo Moreira. Si el tiempo acompaña, volverá esta misma semana a los circuitos con su singular Ducati Panigale V4, la Superbike más cercana al prototipo de MotoGP de la fábrica italiana. Es el mejor regalo posible para un tipo que a los 32 años mantiene intacta el hambre de victoria a pesar de haber acumulado 25 triunfos de 35 posibles antes de lesionarse en el GP de Indonesia a comienzos de octubre.
“Han sido unos meses de noviembre y diciembre muy ajetreados, porque he tenido muchos eventos, ceremonias, lo cual es buena señal, pero también hemos tenido que hacerlo junto a la recuperación del hombro”, comentaba Márquez durante su aparición en Borgo Panigale, en las inmediaciones de Bolonia, para la cita de despedida del año en la fábrica de Ducati. “Ha sido muy exigente mental y físicamente. Había dudas sobre cuándo podría volver a subirme a la moto, pero el chequeo médico señaló que todo está bien. El hueso está completamente unido, lo más importante, y el ligamento también está en el punto adecuado”, aclaraba sobre su inminente retorno a las pistas.
El nuevo mazazo, a pesar del paseo de sus trofeos y medallas de campeón por medio mundo, le ha vuelto a exprimir de cabeza. No tanto la lesión en sí —una fractura de la escápula y varios ligamentos de la clavícula que se hizo tras ser embestido por Marco Bezzecchi (Aprilia) y caer a alta velocidad en Mandalika—, sino el hecho de volver a exigirse la más estricta de las rutinas en el gimnasio. “Te levantas a las ocho para empezar la recuperación y terminas a las siete de la tarde… y no todos los días vas hacia delante”, reflexionaba. La experiencia acumulada con las lesiones del pasado le ha permitido recetarse tiempo y paciencia.
Preguntado sobre su carta a los Reyes Magos, Márquez contestó con esa simpática elocuencia tan suya. “No les pido nada, solo salud para los míos, como siempre. Lo que no se pide nunca es la victoria, para eso hay que trabajar”, concluía el campeón, hambriento de victorias. En 2026, aspira a alcanzar los 10 Mundiales (ocho en MotoGP) y superar a Valentino Rossi, uno de sus ídolos de infancia junto a Dani Pedrosa y posteriormente el más acérrimo de sus enemigos. En la carrera inaugural en Tailandia, programada para el 1 de marzo, el 93 optará a cosechar su victoria número 100 desde su llegada al Mundial con 15 años, una cifra que solo el icono de Tavullia y el mito Giacomo Agostini alcanzaron en la élite del motociclismo de velocidad.
Apareció primero enTu Chica Musical

