
Allan Nyom está cojo. Desde que empezó la temporada, el defensor camerunés del Getafe, de 37 años, sufre problemas físicos en cadena. Pero el 6 de diciembre en La Cerámica su entrenador, José Bordalás, decidió darle la titularidad ante el Villarreal aprovechando lo que parecía una remisión de las molestias. Fue un error. Antes del descanso, Tajon Buchanan encaró a Nyom en el vértice izquierdo del área visitante obligándolo a un esprint. Cuando Buchanan recortó con la derecha, el defensa se quedó clavado y cuando remató con la izquierda gozaba de todo el tiempo del mundo para apuntar bien. Bordalás sustituyó a Nyom ‘ipso facto’. El 1-0 precipitó la victoria del Villarreal y la hinchada lo celebró como un hito. La gente recuerda que hace dos años el equipo luchó por no bajar a Segunda. Ahora se afirma en el tercer puesto de la Liga. La visita del Barcelona (16.15, Dazn y Movistar+) sirve para medir el potencial del equipo en un periodo crítico.
El gol de Buchanan ante el sufriente Nyom disimuló problemas que no han dejado de aflorar en el Villarreal. El equipo venía de empatar 1-1 contra el Antoniano en la Copa y lo que seguiría sería revelador de grandes carencias: derrota 2-3 ante el Copenhague en Champions y eliminación 2-1 ante el Racing en la Copa. Detrás del telón de un mercado de fichajes histórico en el club de La Plana, el que más ha gastado en España este año después del Atlético y el Madrid, con más de 100 millones en reforzar la plantilla, convive la realidad de un equipo en el que los jugadores fundamentales están lejos de su mejor versión.
El pilar de la defensa, el experto Juan Foyth, está lesionado y Renato Veiga, el central llamado a liderar la zaga, es todavía, a sus 22 años, un chico demasiado impulsivo para soportar toda la carga. En la sala de máquinas del mediocampo, verdadero punto de apoyo del equipo, el veterano Dani Parejo, de 36 años, no ha encontrado más ayuda que la que le brinda Santi Comesaña, un interior de excelentes condiciones que muchas veces se ha visto solo a cargo de demasiados departamentos. Thomas Partey, fichado con la idea de que se convirtiera en el timón del proyecto, se ha pasado los primeros meses de la temporada intentando recobrar la forma física perdida después de meses de inactividad y ansiedad derivados de conflictos personales. Pape Gueye, un pivote experimentado, se ha ido a la Copa de África.
“Contra el Copenhague nos podía la ansiedad, y eso te hace cometer más errores”, confesó Comesaña al diario As. Comesaña se ha multiplicado intentando conectar a los atacantes, y los atacantes no siempre han ayudado. Gerard Moreno, el más brillante de los delanteros cuando se trata de abrir defensas cerradas, no sale de su largo bucle de dolencias musculares. Pépé parece deprimido desde que se quedó fuera de la convocatoria de Costa de Marfil para la Copa de África. Y Mikautadze, el jugador más caro de la historia del Villarreal (30 millones pagaron al Lyón el verano pasado), es un joven que no logra hacerse a la idea de que su misión debería consistir en algo más que esperar a que le lleven la pelota para rematarla. El hombre vive tan fuera de cacho que cuando dispone de ocasiones, incluso clamorosas como en Santander o Pafos, suele fallarlas.
“Somos el equipo menos goleado de la Liga pero en dos eliminatorias de Copa necesitamos más de 60 tiros a puerta para meter dos goles”, reflexionó Marcelino. “Nos sobra precipitación. Esa ansiedad de ganar es propia de un equipo joven, pero denota que hay muchísima ambición”.
La inmadurez es tan evidente como la evolución. Al margen de los dos grandes, ningún equipo ha sumado más puntos en Liga que el Villarreal en el año natural de 2025. La visita del Barça llega en mal momento, como casi siempre. Desde la temporada 2007-08, en el umbral de la era Messi, el Villarreal no le gana en casa al Barça. Hoy todo conspira contra el equipo de La Plana, tan crecido y tan golpeado al mismo tiempo, y tan joven, obligado a aprender a marchas forzadas para superar la prueba de Lamine.
Apareció primero enTu Chica Musical

